Rehabilitación de tuberías sin zanja

3 de julio de 2018

Hoy en día, nadie quiere meterse en obras innecesarias. El ruido, la suciedad, los escombros o el coste económico hacen que reformar las instalaciones de fontanería sea una molestia para cualquier vivienda o negocio. Por eso, cada vez más personas optan por la rehabilitación de tuberías sin zanja, una alternativa moderna que evita abrir suelos o romper paredes.

Este sistema permite reparar desde pequeñas fisuras hasta tramos enteros de tuberías deterioradas, sin necesidad de hacer obra. La intervención se realiza desde el interior de las propias canalizaciones, y los resultados son duraderos, limpios y mucho más rápidos.

¿Cómo funciona la reparación de tuberías sin obras?

El proceso comienza con una inspección a fondo del estado interno de la instalación, normalmente mediante cámaras de televisión u otros sistemas de visión que permiten localizar con exactitud el punto afectado. Una vez detectado el problema, se introduce un dispositivo robótico conocido como packer, que permite aplicar el material reparador justo en la zona dañada.

Este material suele ser una camisa de fibra de vidrio impregnada en resina, que se adhiere a la pared interna de la tubería gracias a la presión del packer. Después, se deja que la resina se endurezca, formando un nuevo conducto en el interior del existente. El resultado es una reparación resistente, estanca y duradera.

Principales ventajas de este sistema

El éxito de la rehabilitación sin zanja se debe a sus múltiples beneficios frente a las soluciones tradicionales. La más evidente es que no requiere realizar ningún tipo de obra, lo que evita molestias y abarata el proceso. Además, no genera residuos ni escombros, por lo que también es una opción más ecológica y sostenible.

Otra ventaja destacada es la rapidez de ejecución. Mientras que una obra convencional puede durar varios días o incluso semanas, este tipo de reparaciones se realiza en apenas unas horas. Esto resulta especialmente importante en edificios habitados, comunidades de vecinos, colegios, hospitales o negocios que no pueden interrumpir su actividad durante mucho tiempo.

Aplicaciones más comunes

Esta técnica se utiliza tanto en redes de saneamiento como en bajantes, colectores, tuberías industriales o incluso en acometidas domésticas. Es ideal para reparaciones puntuales, mantenimiento preventivo o renovaciones completas sin molestias para el entorno.

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